Navigating prepuberty: Supporting children through emotional and physical changes

By Brandi Burton, December 4, 2025

Group of 11 year olds

La prepubertad es un periodo tranquilo pero significativo en el desarrollo de un niño/a, uno que a menudo sorprende a la Familia. Esta fase llega antes de las etapas más conocidas de la pubertad, pero puede venir acompañada de cambios emocionales, cambios en las necesidades sociales y una sensibilidad creciente que puede resultar confusa o intensa para las familias. Muchas Familias notan cambios en el comportamiento de sus niños antes de que aparezcan signos físicos importantes, lo que puede llevar a frustración o incertidumbre.

Sin embargo, bajo estos cambios superficiales, está ocurriendo algo importante: el cerebro y el mundo emocional de un niño o una niña se están preparando para la adolescencia. Con el entendimiento y las herramientas adecuadas, puedes ayudar a tu niño o niño/a a afrontar esta etapa con confianza y seguridad, entendiendo cómo es realmente la prepubertad, por qué las emociones pueden sentir tan intensas en este momento y cómo puedes mantenerte con los pies en la tierra mientras ofreces un apoyo significativo.

¿Qué es la prepubertad?

La prepubertad se refiere a la etapa justo antes de que comience la pubertad visible y a veces se denomina pubertad temprana o los años "preadolescentes". Es una ventana de desarrollo sutil cuando la actividad hormonal aumenta lentamente y el cerebro sufre una reestructuración significativa.

¿Cuándo es la prepubertad?

  • La prepubertad en las niñas suele comenzar alrededor de los 8–11 años

  • La prepubertad en niños suele comenzar alrededor de los 9 y 12 años

Sin embargo, estos rangos varían. Algunos niños o a empiezan antes o después, y eso sigue estando dentro del espectro de las expectativas típicas.

Durante esta etapa, puede que aún no veas todos los cambios sustanciales asociados a la pubertad. Pero bajo la superficie, pasan muchas cosas. Las hormonas están empezando a cambiar, el cerebro se desarrolla rápidamente, especialmente en áreas relacionadas con la regulación emocional, la toma de decisiones y la comprensión social, y tu niño/a puede empezar a sentir emociones más intensas. 


El niño o la niña pueden sentir las cosas con más intensidad, reaccionar más rápido y mostrar signos de independencia mezclados con momentos de vulnerabilidad. Esto no es mala conducta ni "cambios de humor"; Es parte de crecer.


Señales tempranas que podrías notar

Los niños que atraviesan la prepubertad suelen mostrar signos sutiles — físicos, emocionales y sociales — de que las cosas están empezando a cambiar. Reconocer estas señales puede ayudarte a responder adecuadamente:

Signos físicos:

  • Ligero olor corporal o sudoración más frecuente

  • Acné leve o piel grasa

  • Crecimiento temprano del vello (axila o púbico)

  • Aumentos pequeños pero notables de altura

Señales emocionales:

  • Aumento del estado de humor o irritabilidad

  • Sensibilidad aumentada a la crítica o al feedback social

  • Vergüenza o autoconciencia por su cuerpo

  • Frustración ante pequeños contratiempos

Señales sociales:

  • Fuerte deseo de independencia y autonomía

  • Más preocupación por encajar con los colegas

  • Curiosidad sobre la identidad, los cuerpos o las relaciones

  • Necesidad de más privacidad o espacio personal

Tus hijos pueden preocupar de que algo les pase o sentir aislados cuando los colegas parecen manejar los cambios de forma diferente. Puede que no tengan las palabras para explicar sus experiencias, lo que puede provocar retrasión, irritabilidad o estallidos ocasionales. Es muy importante reconocer que estos sentimientos son una parte real y totalmente normal de crecer, no algo que tengas que arreglar.


El lado emocional y de salud mental de crecer

El desarrollo mental y emocional es tan significativo como los cambios físicos durante la prepubertad. El niño o un Instituto de la Mente señala que un niño o un niño que experimenta un desarrollo temprano o desigual puede sentir aislado o nervioso. La pubertad temprana puede aumentar los riesgos de ansiedad, baja autoestima y depresión, especialmente si el niño o el niño se sienten diferentes a sus colegas.

El niño/a también puede tener dificultades con la incertidumbre sobre cómo comportar, qué decir o cómo gestionar sus emociones. Las familias que entienden esta perspectiva pueden responder con validación, empatía y estrategias prácticas para ayudar a los niños o a sentir más en control y menos solos.

Consejos para niño/a y Familia

Para niño/a:

  • Etiqueta emociones: Enseña a la niña a nombrar sentimientos como "frustrado", "avergonzado" o "confundido"

  • Practica técnicas de calma: Apóyate en actividades como respiración profunda, escribir en un diario, dibujar o escuchar música

  • Mantén rutinas: Trabaja para mantener constancia en el sueño, las comidas y los deberes, ya que esto proporciona estabilidad

  • Practica actividad física: Muévete con deportes, paseos o juegos, ya que ayuda a liberar tensión y mejora el ánimo

  • Habla con un adulto de confianza: Fomenta una comunicación abierta con la Familia, los orientadores escolares o Coaches

Para la Familia:

  • Mantén la calma durante los momentos emocionales: niño/a suelen reflejar las respuestas adultas

  • Valida tus sentimientos: Reconoce lo que el niño o la niña está experimentando sin juzgarte

  • Establece límites consistentes: Proporciona estructura permitiendo autonomía

  • Modelo de autocuidado: Demuestra el manejo del estrés, lo que ayuda al niño o a aprender a sobrellevar las cosas

  • Busca orientación cuando sea necesario: Habla con un profesional de la salud mental para que te proporcione estrategias adaptadas a tu niño/a

Estrategias conjuntas (niño/a + familia):

  • Programa breves reuniones para hablar de sentimientos o eventos en un espacio seguro

  • Practica nombrar las emociones juntas para acostumbrarte a etiquetarlas a medida que surgen

  • Haz actividades calmantes una al lado de la otra (por ejemplo, ejercicios de respiración, paseos o dibujo)

  • Celebra los pequeños éxitos y los avances en la capacidad de afrontar emociones difíciles

Cuando te sientes inseguro o abrumado

Si los estados de ánimo o comportamientos de tu niño o a cambian de repente y te sientes un poco inseguro o desequilibrado, no estás solo. La prepubertad puede ser tan confusa para la Familia como para los niños. 

Puede que te preguntes qué es lo típico de esta edad, que te frustren las emociones intensas o que no tengas claro cuánta independencia da. También es común preocupar por su bienestar social o emocional, o preguntar: ¿Estoy haciendo lo suficiente? ¿Lo estoy haciendo bien?

Entenderlo como una etapa de desarrollo puede aliviar la presión y ayudarte a sentirte más centrado. Piensa en tu papel como apoyar a tu niño o niña durante estos cambios, no como corregir su comportamiento. Aquí tienes algunas estrategias prácticas que puedes probar:

  • Pausa antes de reaccionar: Tómate un momento para responder con calma a los momentos emocionales

  • Ofrece opciones: Permitir opciones para niños o niños favorece la autonomía ("¿Quieres hacer los deberes ahora o luego de un tentempié?")

  • Reconecta tras una tensión: Repara relaciones tras conflictos

  • Valida las emociones: Reconoce los sentimientos incluso cuando hay que hacer cumplir los límites

  • Modelo de afrontamiento saludable: Demuestra cómo manejar eficazmente la frustración o el estrés

Cuídate también. Criar durante las transiciones es duro. Apoya tu propio bienestar para que puedas presentarte con más paciencia.

Cuándo buscar apoyo extra

A veces, un poco de ayuda extra puede ser muy útil. Aunque es normal que los niños tengan altibajos emocionales, hay ocasiones en las que puede ser necesario el apoyo de un profesional.


Atento a señales como:

  • Tristeza persistente, ansiedad o irritabilidad

  • Cambios sustanciales en los hábitos de alimentación o sueño

  • Retiro de colegas o actividades que antes disfrutaban

  • Disminución del rendimiento o motivación escolar

  • Hablar de autolesiones o expresar que "no importan"

Si te preocupa, puedes acudir a un pediatra, un orientador escolar o un niño/terapeuta. Recibir apoyo desde temprano ayuda a los niños a aprender habilidades de afrontamiento que les serán útiles durante la adolescencia y más allá.


Y si alguna vez te sientes inseguro sobre cómo apoyar a tu niño o niña durante estos cambios — ya sea manejando cambios de humor, hablando sobre cambios corporales o manejando la presión de grupo — BrightLife Kids Coaches aquí para ayudarte. Nuestros Coaches experimentados y atentos ofrecen orientación y estrategias personalizadas para ayudar tanto a ti como a tu niño/a a sentiros más seguros y conectados durante esta gran transición.


Piensa en la prepubertad como un puente entre la infancia y la adolescencia. Claro, a veces puede sentir un poco inestable, lleno de grandes sentimientos, nuevas preguntas y necesidades cambiantes. Pero también está lleno de potencial para la conexión, el crecimiento y la resiliencia. Cuando sigues curioso, escuchas con empatía y haces espacio para conversaciones reales, estás ayudando a tu niño/a a ganar confianza y fortaleza emocional. Juntos podéis crear rutinas, practicar habilidades de afrontamiento y explorar sentimientos de formas que preparen a vuestro niño o niña para entrar en la adolescencia con valentía y confianza en uno mismo.


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Fuentes en las que confiamos